SALUD BUCAL
Como cuidar la salud bucal de los niños es una preocupación común entre los padres. Conseguir que los niños se responsabilicen de la higiene de su boca es el primer paso. El niño debe de coger el hábito de cepillarse los dientes después de cada comida y hacerlo bien.
La figura del Ratoncito Pérez puede ser muy importante para esto, ya que uno de los consejos que nos da nuestro amigo roedor es que hay que cuidar muy bien los dientes para que se los pueda llevar una vez que se caen.
Además, están las visitas al dentista, que se asegurará no solo de que la dentadura está en perfecto estado, sino también de los posibles problemas que pueda tener el niño en su boca. Muchas veces, los dentistas ya anticipan problemas que pueden surgir con el nacimiento de la dentadura definitiva y se puede estudiar cómo tratarlos.
En muchos casos, la solución acabará siendo un aparato corrector, pero incluso si es así, cuanto antes se tomen cartas en el asunto mejores serán los resultados.
Los dientes de leche, la salud bucal y los falsos mitos
Existen varios mitos sobre los dientes de leche y como cuidar la salud bucal de los niños. Por suerte, cada vez hay un mayor conocimiento al respecto y, para la mayoría, estos mitos no son más que cosa del pasado.
-La caries de los dientes de leche no es importante:
Antes, los problemas de la dentadura de leche no se consideraban importantes. Pero ahora sabemos que la caries puede pasar de unas piezas a otras con facilidad. Un diente de leche con caries puede hacer que se estropee un diente definitivo, incluso si todavía está creciendo. Por eso hay que cuidad mucho todos los dientes y empastar incluso los de leche.
-Las caries siempre duelen:
No, las caries a veces no duelen o no duelen al menos hasta que llegan al nervio. Cuando esto ocurre la pieza dental está ya muy deteriorada. Por eso es importante detectar la caries cuando está comenzando y para eso son fundamentales las revisiones periódicas. Desde la infancia los niños deben de acostumbrarse a ir al dentista dos veces al año para revisar la boca.
-El enjuague dental puede sustituir al cepillado:
La publicidad nos hace creer que un buen enjuague dental o incluso masticar chicle puede ser suficiente para tener los dientes muy limpios. Pero no es así, nada puede sustituir al cepillo dental.
-El cepillo duro es mejor:
No es cierto. Esto sería como decir que una toalla áspera nos seca mejor. El cepillo tiene que limpiar bien los dientes, pero también debe de ser respetuoso con las encías. Para los niños es importante que el cepillo sea blando y que la crema dental no pique, así les resultará más agradable preocuparse de la higiene dental.
-Las limpiezas dentales estropean el esmalte:
Esto no es verdad ya que el dentista utiliza equipos profesionales y perfectamente diseñados para respetar el esmalte dental. Ni las herramientas ni los productos utilizados en las limpiezas dentales que realiza un profesional van a dañar el esmalte dental. Sin embargo, la acumulación de sarro sí puede hacer que el diente se dañe.
-El Ratoncito Pérez paga igual los dientes dañados:
Esto tampoco es cierto, al Ratoncito Pérez le gusta que los dientes estén sanos y se vea que se han cepillado con regularidad. Si nuestro amigo ve que los dientes se han cuidado, aunque tengan algún pequeño daño puede aceptarlos. Pero si la pieza está en mal estado y no ha sido cuidada tal vez no le apetezca añadirla a su colección de dientes.
Conclusión, mantener una buena higiene bucal y unos buenos hábitos desde pequeños les ayudará a mantener una dentadura en perfectas condiciones cuando sean mayores y tengan sus dientes definitivos. Además, el Ratoncito Pérez lo agradecerá.
